Según las fuentes periodísticas colombianas, ayer sábado informó el ministro de Defensa Juan Manuel Santos, que el presidente Álvaro Uribe Vélez pagará la recompensa más cuantiosa de toda la historia de Colombia, pues le pagará 5 mil millones de pesos (cerca de 2,6 millones de dólares) al informante que informó al cuerpo de seguridad del Estado sobre el posible paradero del número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Raúl Reyes.
En mi opinión, pienso que dicha suma de dinero es insignificante y mísera. Es insignificante esa cuantía por la sencilla razón de que Raúl Reyes no era un guerrillero como cualquier otro, sino que era el encargado y la cabeza pensante de llevar a cabo las operaciones terroristas en los diferentes bloques guerrilleros de toda la geografía, más concretamente en la parte sur de Colombia. Es mísera esa cuantía por la sencilla razón de que el narcoterrorismo mueve diariamente millones de dólares en el mercado internacional del narcotráfico. Así que la recompensa que el informante va a recibir del gobierno colombiano me parece que no hace en absoluto justicia por tratarse de un señor que como dijo el mismo presidente Álvaro Uribe a sus colegas latinoamericanos en la Cumbre de Grupo de Río que Raúl Reyes era uno de los hombres más peligrosos y tenebrosos de toda la historia de Colombia. Por tal motivo, me parece vergonzosa la política de recompensas que maneja el presidente, pero claro, para un campesino de la selva colombiana 5 mil millones de pesos le parecerá una cifra lo suficientemente atractiva como para cerrar la boca. Allá ellos allá en ese país tan mal gobernado y donde se matan por un pan.
En mi opinión, pienso que dicha suma de dinero es insignificante y mísera. Es insignificante esa cuantía por la sencilla razón de que Raúl Reyes no era un guerrillero como cualquier otro, sino que era el encargado y la cabeza pensante de llevar a cabo las operaciones terroristas en los diferentes bloques guerrilleros de toda la geografía, más concretamente en la parte sur de Colombia. Es mísera esa cuantía por la sencilla razón de que el narcoterrorismo mueve diariamente millones de dólares en el mercado internacional del narcotráfico. Así que la recompensa que el informante va a recibir del gobierno colombiano me parece que no hace en absoluto justicia por tratarse de un señor que como dijo el mismo presidente Álvaro Uribe a sus colegas latinoamericanos en la Cumbre de Grupo de Río que Raúl Reyes era uno de los hombres más peligrosos y tenebrosos de toda la historia de Colombia. Por tal motivo, me parece vergonzosa la política de recompensas que maneja el presidente, pero claro, para un campesino de la selva colombiana 5 mil millones de pesos le parecerá una cifra lo suficientemente atractiva como para cerrar la boca. Allá ellos allá en ese país tan mal gobernado y donde se matan por un pan.
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